Las inversiones en Formación Profesional en las empresas españolas muestran índices notablemente inferiores en comparación con las naciones más desarrolladas, según datos de la consultora Élogos.
Poco más 300 euros se invierten anualmente en la FP per cápita de los trabajadores en España, en contraste con el máximo de 1000 euros que ostentan otros países, una realidad que no se corresponde con los montos millonarios destinados por los estamentos europeos a la actividad formativa y de capacitación del personal en las empresas, de modo ininterrumpido.
A su vez, los bajos niveles de productividad que se registran en España dejan en evidencia la contradicción entre los numerosos fondos de la Unión Europea para la formación profesional y los destinos reales de estas inversiones, gestionadas fundamentalmente por empresas y organismos sindicales.
Los presupuestos anuales para la superación y el entrenamiento continuo de los empleados, al parecer, se alejan de sus objetivos fundamentales, tal y como lo reflejan los indicadores económicos evaluados por Élogos. La brecha entre montos invertidos, formación profesional y productividad laboral se amplía, mientras el camino de las inversiones para la capacitación en España se desvía progresivamente por los senderos del lucro.
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